Ricardo Valenzuela
Mi hermosa y tan despreciada paciencia
Que por tanto tiempo te habría ignorado
Con tristeza ahora miro hacia ese pasado
Y veo que ya no tuve tu valiosa asistencia
Y ese sapo ladrón corría ya con lo robado
Nunca estuve consciente de esa urgencia
Con que siempre establecía mis posturas
Porque así me llegaban cosas prematuras
Y, además todo lo ejecutado sin prudencia
Porque era mas importante la apariencia
Al igual que todas esas nuevas vestiduras
Y así avanzaba cortando frutas inmaduras
La ruta de un joven montado en insolencia
No escuché tus consejos, tus advertencias
Tú me decías todo tiene su tiempo su lugar
Que mi destino nunca tratara de precipitar
Y todas acciones tienen sus consecuencias
Pero yo seguía mi carrera sin contingencia
Aunque también ya despreciaba la cordura
Me sentía invencible porque era mi aventura
Además, yo siempre ganaba la competencia
Me olvidaba de ti, sería mi gran imprudencia
Pues yo quería todo y lo quería sin premuras
No me habían dicho tenía que pagar facturas
No importaba, para mí no habría abstinencia
Pero además de la tuya, tendría otra ausencia
El faro que no permite el retiro de la humildad
Y quería todo y seguía con la misma velocidad
Habia perdido suspicacia invadido de frivolidad
No supe que me esperaba ladrón de la vecindad
Al filo de la navaja ya invadido de imprudencia
puñalada me la asentaba ese sapo de fatalidad
De quien yo juraba era un amigo a perpetuidad
El sapo coppel con su envidia dictaba sentencia
Y me robaba el fruto de tantos años de urgencia
No comments:
Post a Comment