Ricardo Valenzuela
El sapo celebrará su independencia
Y será una gran fiesta muy nutrida
Pero es falsa porque ha sido tejida
Con tantos robos con su sentencia
Porque es su independencia robada
Y su mano ha sido la expropiadora
Para construir una vida impostora
Pero ahora la factura será cobrada
El sapo es el rey de la delincuencia
Ese experto en robos y en agraviar
con su presencia siempre despejar
Y así opera con su gran indecencia
Ricardo Valenzuela
En ruta conocí a un hombre extraordinario
El mejor ejemplo fue ese ser tan admirable
Exitoso emprendedor y de vida intachable
Enrique Coppel, bohemio y el empresario
Ese hombre portador de todo lo necesario
Un hombre sabio, sencillo y gran emisario
Con sus valores y consejos de gran cordura
Palabras profundas y siempre una postura
Gran maestro de consejo siempre solidario
Amigo en Guadalajara y en Vallara corsario
Nunca he podido entender esa bestialidad
Alguien con esa misma sangre fuera posible
Cometiera traición y un fraude tan horrible
Mostrando tanta vileza y gran inmoralidad
Pero era conducta del sapo con regularidad
Ricardo Valenzuela
Maldito el que siempre estafa y traiciona
A los que supuestamente son sus amigos
Para dejarlos estafados y tan malheridos
Pero ignora ese pecado nunca se perdona
Maldito el ladrón que arrebatando toma
Lo que él no construyó y no le pertenece
Tal vez el enano robando siente así crece
Luego huir con todo su pestilente aroma
Maldito asesino mortal es ese carcinoma
Que siempre se oculta entre esa maleza
Para luego emerger destilando su bajeza
Y por la espalda dar golpe que desploma
Maldito seas sapo ladrón con tu diploma
La licencia te define ladrón internacional
Con grandes facultades para hacer el mal
Y dejar las multitudes postradas en coma
Maldito sapo no hay nada que se empareja
A tu alma podrida que tanto has escondido
Y ocultar tu realidad de ser solo vil bandido
Con máscara de hipocresia, ridícula pureza
Maldito sapo ladrón que siempre destrozas
Tantos lugares donde luego dejas afligidos
Cruel verdugo de tantos sueños destruidos
Y robas casas para que así vivan en chozas
Maldito sapo que siempre buscas la riqueza
Aplicando esa gran habilidad para traicionar
Siempre fingiendo así has podido embaucar
Pendejos como yo y me convertí en tu presa
Maldito sapo con pesada carga de ser enano
Y vas dejando víctimas de tu comportamiento
Pero no debe ser excusa pues por nacimiento
Eres ladrón y tu misión era causar sufrimiento
Y en donde apareces el aire se torna en insano
Maldito sapo que ahora vives en ese pantano
De tu interior más feo que el físico depreciado
En ese sufrimiento estarás pagando tu pecado
Pues es tan horrible que nunca habrá cirujano
Que armado se anime operar eso infrahumano
Maldito el sapo estafador que ahora encabeza
Fieles discípulos que aplauden su inmoralidad
Que, con toda esa ceguera su falsa solidaridad
Le ofrecen vivas pues ellos creen en su proeza
O tal vez de lo que me robó les diera una pieza
Mi dinero ha comprado voluntades mercenarias
El sapo no podría atraer esas mentes fiduciarias
Con el dinero que me robó embarra su impureza
Y al dar la espalda ríen de esa soñada grandeza
Ricardo Valenzuela
La vida me ha dado una advertencia
Me postraría en largas noches y días
Para llamar mi atención sin cortesías
Así castigando mi estúpida inocencia
O tal vez irresponsable complacencia
Me hizo una llamada con gran potencia
Me invitaba recorrer un penoso pasado
Allí ejercí virtudes y también el pecado
Algunos de tantos ratos de indulgencia
Y pecando de mi conocida imprudencia
Ricardo Valenzuela
Yo de nuevo te acuso rata de dos patas
Por tu oficio que fuera haberme robado
Ahora pretendes que todo sea olvidado
Pero de esta sentencia tu ya no escapas
Se acabaron aquellas largas peroratas
Ahora solo se te notifica, se te advierte
Ha llegado esta hora para ya removerte
De tus cotos de robo y aventuras piratas
Ricardo Valenzuela
Sapo ladrón yo soy tu conciencia
Y siempre te he estado vigilando
Y también he estado registrando
Tu miserable vida tanta carencia
Yo tengo para ti una advertencia
Todos los pecados que acumules
Los pagarás por más que recules
Sin descuento no habrá clemencia
Ricardo Valenzuela
Hace muchos años tuve la fortuna de encontrar un libro titulado, Los Regalos de Eykis, que verdaderamente cimbrara mi vida. Es la historia de unos astronautas que, en su ruta hacia un objetivo sideral se pierden en ese interminable espacio. En su confusión llegan a un planeta desconocido y, con gran asombro, se dan cuenta era físicamente idéntico a la tierra. Sin embargo, al abandonar el lugar donde su nave se habia estrellado, también se dan cuenta era mucho más avanzado que la tierra. Después de caminar varios dias llegan a una majestuosa ciudad.
Al caminar por sus avenidas, se dan cuenta que sus habitantes tenían nuestra misma presencia humana. Al verlos tan perdidos se les aproxima una bella muchacha llamada Eykis. Después de las clásicas aclaraciones que la muchacha les brindaba, ofrece a ser su guía y se inicia una aventura cósmica. Los astronautas son confrontados por la visión de Eykis quien les muestra la posibilidad real de un futuro superior si nos liberamos de tantos males que nos han limitado y nos mantienen inmóviles. Juntos exploran la naturaleza del ser humano, sus debilidades y fortalezas, y la capacidad de trascender las barreras que nos impiden vivir en armonía con nosotros mismos.
Ricardo Valenzuela A l sapo Coppel lo van a santificar Pue s su vida ha sido tan ejemplar Gran guía que todos debe n emula...
