Ricardo Valenzuela
Sapo, ya muérete que me urge celebrar
Un ladrón como tú no debería ser eterno
La de tu hermano rata ya en el infierno
Con una gran fiesta esa la pude festejar
Aquellas advertencias si puedo recordar
De todas las bellas meseras en el Torito
Ten cuidado con el pelón tan chaparrito
Porque él te odia y te habrá de traicionar
Ricardo Valenzuela
En un negro paraje me encontré un sapo
Apurado me pedía no te asustes por favor
No me juzgues por mi apariencia exterior
Entiendo que no soy alto, fuerte ni guapo
Pero mi grandeza la verás en mi interior
Y ahora todas las noches sueño ese sapo
Mis noches son espacios de sufrimientos
No puedo dormir tan solo unos momentos
Desesperado hasta la cabeza ya me tapo
Y las torturas parecen ser de la Gestapo
Me costó conocer a ese sapo trinquetero
El que roba carros cuando va de pasajero
Llega a mis sueños hasta la cama empapo
Ricardo Valenzuela
Dime Sapo ¿por qué eres tan ratero?
Como es posible que así me robaras
Vivas tranquilo y nunca me pagaras
Pues además de rata eres traicionero
Sapo, yo fui quien sacó del basurero
Pues no pude detectar tus maldades
Y tampoco detecté tantas falsedades
No me di cuenta eras sapo carroñero
Sapo, tu deberías ser un gran cirquero
Esos que el engaño es su vida y cultura
Preferiste formar la horrorosa creatura
De ese sapo acomplejado y tan faldero
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El sapo era también sediento explorador
Se habia deshecho de su poca moralidad
Pues siempre ansió esa vida de frivolidad
Y decidía salir en busca de ese esplendor
En esos los lugares no solo en proximidad
Donde nunca se requería tener conciencia
Y despojado de ella ahora haría presencia
Para operar dejando regiones en orfandad
Pero siempre saqueaba con espiritualidad
Pues para operar así tenía especial licencia
Para luego llegar disfrazado de asistencia
Ya sin estorbo saquear con gran celeridad
Ricardo Valenzuela
Voy a contarles un corrido muy mentado
Historia de un sapo queriendo ser señor
Siendo solo un sapo ratero tan destructor
Un sapo gordo, feo, enano y acomplejado
Luis se llamaba este sapo tan descarado
Siendo enano, calvo, era clásico perdedor
Pero, además, era envidioso, vil y traidor
También era un asaltante bien entrenado
Maldito aquel que solo estafa y traiciona
A los que supuestamente son sus amigos
Para dejarlos estafados y tan malheridos
Pero ignora ese pecado nunca se perdona
Maldito el ladrón que arrebatando toma
Lo que el no construyó y no le pertenece
Tal vez el enano robando siente así crece
Luego huir con toda su pestilente aroma
Maldito asesino mortal es ese carcinoma
Que siempre se oculta entre esa maleza
Para luego emerger destilando su bajeza
Y por la espalda dar golpe que desploma
Ricardo Valenzuela
Te condeno a sufrir te espera ese despecho
Cuando ya no puedas ocultar esos aparejos
Y siempre te los recuerden grandes espejos
Cuando te digan, sapo cuanto mal has hecho
Te condeno a vivir en esas mediocres arenas
De tu desierto inmundo, seco y tan pestilente
Pues de tu vida lo único que ha sido diferente
Porque todo lo que tocas siempre envenenas
Ricardo Valenzuela Hace muchos años tuve la fortuna de encontrar un libro titulado, Los Regalos de Eykis, que verdaderamente cimbrara ...
