SAPO, CAMPEON UNIVERSAL DEL MAL

 Ricardo Valenzuela

 

Y decidí recorrer ese inmenso universo

Para revisar todos sus lejanos rincones

Y buscar en planetas y manifestaciones

El ser humano calificado el rey perverso

 

Encontré primero al ser más traicionero

El que clava las puñaladas por la espalda

Porque para él todo se vale así lo respalda

Del traidor el gozo de cobarde desolladero

 

Después encontraría al verdadero ladrón

Ese que vive solo despojando a tanta gente

Agraviando sin sentir la culpa consecuente

Porque luego va corriendo por la confesión

Y nunca ha tenido que pagar su infracción

ME ACONSEJAN OLVIDAR AL SAPO TRAIDOR

  Ricardo Valenzuela

Me aconsejan algunos amigos ya olvida

Al sapo que me robara descaradamente

Y no descienda a ese sitio tan pestilente

Del sapo rata con una mente tan torcida

 

Yo no ando en busca de alguna sentencia

Ni quiero salvar esas cosas ya destruidas

Yo solo pido sus acciones sean sometidas

Me controlo y no mandarlo a emergencia

LOS GUSANOS DEL CAMINO

 Ricardo Valenzuela

 

Alguna vez me invadía la desesperanza

Porque ya todo me parecía estar perdido

Cuando te roban lo que tú has construido

Amenaza el abandono de fe y templanza

Peor si es ese sapo pelón y su gran panza

 

Te lamentas y casi pierdes la confianza

Sientes se te han cerrado esas avenidas

Y tú interior te grita que ya no prosigas

Sientes el mundo entero se te abalanza

 

Y ya desesperado piensas en la venganza

Contra aquel sapo rata, espurio y desleal

Pues su puñalada por la espalda fue letal

Esa traición que nunca tendrá semejanza

 

Aquel que siempre te cubría de alabanza

Cuando su envidia surgiera y la sembrara

Así nacería ese gran odio y me condenara

Porque es hombre falso y de mala crianza

 

Sapo que solo entre tinieblas se abalanza

Porque ese ser nunca conociera la nobleza

Y su alma negra está cuajada de aspereza

Para así ocultar su horripilante semblanza

 

Es ese forajido que se oculta en la maleza

Como el más ruin de todos los bandoleros

Esperando siempre el paso de los arrieros

Y robarlos pues así es como crean riqueza

El sapo Coppel habil ocultó su gran bajeza

 

Por más que roben seguirán en la pobreza

Pobreza de alma de valores sin moralidad

Porque transitan por la vida sin integridad

Cargando en su interior solo esa impureza

Traicionar sus amigos es su única destreza

EL SAPO Y LA BRUJA MAS FEA QUE EL

QUE BIEN SALISTE EN LA FOTO

 Ricardo Valenzuela

 

A este sapo solitario lo empuja

Una pasión animal que él emana

Para con prisa llevarse a la cama

A su novia del monte, es la bruja

Al convencerla la sonrisa dibuja

 

La agarra con fuerza y la estruja

La desviste sin que sienta pudor

Y cuando mira semejante horror

Se persigna su sonrisa desdibuja

SAPO NO SOY CULPABLE

Ricardo Valenzuela

 

Sapo entiende que no soy culpable

De que tu seas pinche infeliz enano

Ni que seas remedo de ser humano

Tampoco seas ser tan despreciable

Y tú enorme complejo es insalvable

 

Tampoco que fueras ese pelagatos

Y para dejar tu asqueroso chiquero

Tu solución fue robarme ese dinero

Y solo así pudiste comprar zapatos

Le tiraras centavos a tus dos gatos

 

Tampoco de que tu seas tan horrible

Y el dinero robado no fue suficiente

Para que cirujano plástico eficiente

Intentara lo que sabemos imposible

Porque tu mal es grave, irreversible

 

Tampoco que seas tan desagradable

Tu personalidad como tú, insolvente

Lo que me robaste no fue suficiente

Para reconstruir un sapo agradable

Pues cada día eres más abominable

 

Tampoco porque eres tan repelente

En especial para todas las mujeres

Porque siempre que tu aparecieres

Con horror corría todo contingente

Hacia el hospital y atención urgente

 

Tampoco de no tener alguna gracia

Y en tu caso esa estética y la belleza

Te hayan evitado con poca sutileza

Y tú nacimiento sería una desgracia

 

Ni de tanta envidia cuando tu vieras

Cuando tantas mujeres me asistieran

Siempre me buscaban y me requerían

Y que te sintieras como quien tu eras

Ese pobre enano ladrón sin escaleras

DEBUTA EL NUEVO GENERAL

 Ricardo Valenzuela

Ese sapo ladrón ya debuta de soldado

Ya ha formado su ejército mercenario

Porque pretende robar ese inventario

De la Defensa que tiene bien localizado

 

Y ya consiguió ese uniforme deseado

Con todas las insignias de un General

Así ya pudo saquear todo ese arsenal

Del batallón a donde el fuera asignado

 

Y enano tuvo problemas con uniforme

Pero lo compró una tienda de juguetes

Así vació al Penny con esos trinquetes

Y su banda de ladrones está conforme

SAPO, SAPO, SAPO TORERO

Ricardo Valenzuela

 

Mientras que compinches en el atolladero

Muy listos para el asalto en el despoblado

Felices porque será el robo habían soñado

Única y nada más para tantos trinqueteros

 

Por fuera del redondel ese ladrón primero

Espera el sapo bandido se finge financiero

Con su paliacate seca ansias de carroñero

Con su paliacate calma su ansia de dinero

TODOS LOS ARCHIVOS DEL SAPO

Ricardo Valenzuela

 

Gran tarea seria descubrir del sapo valores

De un ser sombrío, deshonesto, enhierbado

Con la habilidad funde presente con pasado

Y ocultando sus negras cavernas interiores

 

Y es hora de ubicar al peor de los pecadores

El protagonista de una aventura tan podrida

Y a pesar de todo, nunca habria la advertida

De la ruta pantanosa cincelada con rencores

HORRIBLES PECADOS DEL SAPO

Ricardo Valenzuela

 

No hay pecado más grande que la traición

Quien la sufre siente que rompen su alma

Gran dolor lo estremece y pierde la calma

Pues se da cuenta se planeó con precisión

De forma especial apuntando a tu corazón

 

Duele más cuando te traiciona ese amigo

Te das cuenta violó ese particular espacio

Sientes que te desangran lento y despacio

Y no verás al mundo por el mismo postigo

SAPOS DEMONIOS DEL AVERNO

Ricardo Valenzuela

Hay tantos demonios en los avernos

Que llegan en parvadas causan dolor

Oprimen, abusan, provocan el terror

Y los más crueles son los gobiernos

 

Son ineptos y nunca hay algo alterno

Corruptos, opresores y muy ladrones

Son mentirosos, soberbios, abusones

Se sientan la silla y su tiempo eterno