El mundo sufre una peste que amarga la existencia
El pecado de los cobardes que los lleva a la traición
Así se describen canallas que aprovechan la ocasión
Para lograr lo que quieren sin honor y sin conciencia
De la gran banda el Sapo Coppel ocupa la presidencia
Ellos no conocen otro oficio y tampoco la decencia
Son esos que nacen con una etiqueta de traidores
Van por la vida escondiendo complejos y rencores
Y solo existen destruyendo todo a su conveniencia
Hombres taciturnos sin moral, valores ni congruencia
Hábiles para ocultar pecados y sus enfermas aficiones
Actores que van engañando no importa repercusiones
operan con mentiras combinadas con su persistencia
Traicioneros y ladrones demoliendo todo sin clemencia
Para ellos competir éticamente es un asunto equivocado
Inocentes son los pendejos sin ventajas en ese mercado
Para ellos son presa fácil que no requieren de asistencia
Complejos de inferioridad que portan su gran carencia
quieren satisfacer su demanda en lugares equivocados
Entenderán que su carencia no la surten los mercados
No es dinero, sufren escasez en su repulsiva presencia
Actúan con fingida seguridad y una gran prepotencia
Pero su interior está vacío son solo espacios vacantes
Los atormenta la envidia de lo poseen sus semejantes
Presos de esa confusión viven una dolorosa demencia
Fingen no saber sus engaños tienen trascendencia
La vida siempre lleva cuentas y cobra esas facturas
Aun en opulencia, su interior habrá solo amarguras
Verán que su licencia criminal ya no tendrá vigencia
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