Hay bichos tan destructores en la vida
Cargando sus ponzoñas venenosas
Van destruyendo vidas, objetos, cosas
De los que ellos buscan a su medida
Porque su alma ha estado podrida
Por haber sufrido tantas carencias
Y causan sus letales consecuencias
De la gran corriente de pus vertida
No aparentan sus rutas tan perdidas
La realidad reside en sus interiores
No pretenden que sus vidas mejores
Buscan quien page por sus correrías
Caminan una silenciosa vida afligida
Así van cincelando todas sus posturas
Van buscando quien page sus facturas
Es donde los lleva su especial avenida
Sus robos les surten riqueza adquirida
Pero ni eso les pueden dictar cordura
Así sus vidas se convierten en conjura
Allí reside su diabólica maldad sumida
Y así su aventura llega a ser tan urgida
Para operar con la pudrición de motivos
Que siempre son inmorales y destructivos
Obras del cincel del diablo y a su medida
De alguien sin valores y un alma torcida
Tarde se dará cuenta su vida fue influida
Por envidia más que ausencia de valores
Para sostenerla su arma fueron rumores
Y así pudo continuar su aventura fingida
Triste vida que siempre fuera mal tejida
Por esa envidia al no tener los exteriores
Y la soberbia no permitió buenos tutores
Y pecaminosa en ninguna parte fue acogida
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