Ricardo Valenzuela
Amanece ya en mi solitaria pradera
El sol alegre penetra ya mi entorno
Me acaricia el rostro y así yo retorno
A este bello nuevo día de primavera
Me rescata de mi soñar tan preciado
Que de noche siempre está presente
Me recuerda todo lo que está vigente
Las facturas de tormentas del pasado
Sapos traicioneros yo he confrontado
Que cruelmente hirieron mi confianza
Luego atentaran contra mi templanza
Y dejaran mi edificio casi derrumbado
Gran enseñanza a su traición denomino
Pues ahora esos criminales tan vulgares
Ya conozco bien sus sellos tan peculiares
Una moral tan grande como sus pulgares
Descienden de esos asaltantes del camino
Los combatí sin tregua en muchos lugares
Cobardes ocultos en medio de negra noche
Y sin perder tiempo con un rancio reproche
Les construí sus infiernos muy particulares
Pues la traición siempre ha sido elemento
Que sufre aquel cuya vida ha sido intensa
Campo abierto que el criminal no dispensa
Ataca sin respetar aquel divino reglamento
Yo sigo mi jornada solitaria y sin acampar
Pues los sueños tienen una larga vigencia
Sapos Coppel sin honor, credo, conciencia
No lograrán que mi sueño deje de avanzar
Y de mis sueños jamás me podrán castrar
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