Ricardo Valenzuela
En ruta conocí un hombre extraordinario
El mejor ejemplo de un hombre admirable
Exitoso emprendedor y de vida intachable
Enrique Coppel, también gran empresario
Un hombre portador de todo lo necesario
Un hombre sabio, sencillo y gran emisario
De sus valores y consejos de gran cordura
Palabras profundas y siempre una postura
Gran maestro de consejo siempre solidario
Amigo en Guadalajara y en Vallara corsario
Nunca he podido entender esa bestialidad
De alguien con misma sangre fuera posible
Cometiera traición y un fraude tan horrible
Mostrando tanta vileza y gran inmoralidad
Pero era conducta del sapo con regularidad
Así yo visualizaba la grandeza del primero
Jamás pude entender que fuera concebible
Qu la bajeza del sapo enano fuera accesible
A la grandeza de Enrique por ese bandolero
Sapo con valores recibidos en ese chiquero
Rio que desembocara en dos manantiales
Uno portador de agua pura muy cristalina
El otro de pestilente rezaga de agua dañina
A cualquier tierra que toca así la contamina
Con su podredumbre infecta vías pluviales
Dos ramas del mismo árbol así brotaban
Una sería potente tronco de gran destino
Sus brotes marcarían aquel bello camino
La otra fuera solo plagas que destrozaban
Todo lo que tocaran siempre lo infestaban
Una surgía sana mostrando esa grandeza
Su espacio sería lo especial y lo iluminaba
Donde quiera fue alguien que se admiraba
Mientras el sapo representaba la impureza
En su transitar ha mostrado su gran bajeza
Los Coppel de Sinaloa son finos diamantes
Los de Sonora son solo grandes impostores
Son falsos siempre buscando robos mejores
Los de Sinaloa son oro, estos son asaltantes
En el club de ratas el sapo jefe de integrantes
Enrique Coppel no sabes cómo yo lo lamento
Que un ladrón criminal lleve tu buen apellido
Ese sapo atente la leyenda que has construido
Ese ladrón que hasta hoy permanece fugitivo
Que pudiera agredir tu admirable testamento
Que tus hijos siguen como santo mandamiento
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