Ricardo Valenzuela
Ciertas vidas tienen ese temor a la muerte
Esa fuerza que nunca han podido controlar
Porque no podrían amenazarla ni sobornar
Pues ella nunca juega dados con esa suerte
Perder la moral es la pérdida más insolente
Muerte sin moralidad no será lo que deserte
Es poderosa no habrá nada que la pervierte
Trata igual a ese santo que a un vil gavillero
Lo mismo la perro fino que al pobre callejero
Al aparecer no habrá nadie para defenderte
Es muy justa y pareja, así a todos convierte
En miembros iguales de una nueva comuna
Y entre residentes no hay diferencia alguna
Comuna de la cual nunca podrás devolverte
Será tu domicilio final ya no podrás moverte